La mañana se presentaba algo fresca pero pronto los rayos solares y el ritmo frenético pondrian leña al fuego y calentarian nuestras pieles aún morenas, recuerdo de un verano no muy lejano.


Otra vez 8,30 h, buena hora para no darse el madrugón y tampoco para que se te peguen las sábanas y en la cita a la plaza: Tomás, Salva, Esteban, Raúl y Luis--los 5 jinetes apocalípticos---

Y los cinco partieron rumbo a Sant Llorenc Savall via Sant Feliu de Codines.

Hoy teniamos como objetivo dos cosas importantes: pasarlo bién y almorzar una buena butifarra. ¡Conseguimos los dos!
Bocata de butifarra cogida con las dos manos para que no se caiga, una abajo y la otra arriba. Butifarra y media de bocata y rico all i oli. Vino de la casa y alguna coca-cola.

Mírame, sentado en la plaza de Sant Llorenç, cara al sol, sin viento, calma chicha y un calorcito torrador, me doblo par aun lado, ahora para el otro, cojo el bocata y lo muerdo, ahora miro a la izquierda dos ciclistas y una ciclista, ahora para el otro lado unos que bajan, el replicar de las campanas a misa, el jolgorio de los ciclistas con el pequeño subidón de sus cervezas.
La plaza ciclista por excelencia, una antesala del cielo era aquello, todos vestidos para la ocasión de globeros butifarreros (unos ochenta) con sus repectivas ochenta bicicletas.
¡Gloria a Dios en las alturas!

Barriga llena y rebufando all i oli iniciamos la cuesta y luego bajada a Gallifa.
Descenso rápido de Sant Feliu y ya estamos en Cardedeu.

Han sido 88 km a 25 km /h. Podían haber sido mas, pero ahora no toca. Podiamos haber corrido mas, pero se nos hubiera mareado la rica butifarra, asi que no.
Ha estado bién, mas que bién.
Los cinco jinetes de la apocalipsis cabalgan y llevan grabadas es sus frentes un nombre en mayúsculas: FELICIDAD