El hombre del saco tuvo que ser.
Sabía que no estarías, en la plaza.... ya no estás allí como antes.
Las mañanas empiezan a ser frías pero pronto el sol las calienta, las ilumina, las viste de azul claro e inteso.
El sol penetra en mi cuerpo mientras hago la espera de los compañeros y por allí aparece Salva a paso piano, y por aquella otra calle Jordi que se une a la fiesta triunfal de los pedales.
No hubo nadie más.
Calle abajo nos dejamos caer como hace el agua cuando llueve y en busca de la carretera que nos lleva a subir la montaña -Parpers fué la elegida - y con Parpers llegamos al cielo azul e intenso.
Y este fué el primer regalo de un día maravilloso a finales de Octubre.
Carretera tranquila y poco transitada la de Argentona a Cabrera y rápida de hacer si vas entretenido y charlando.
Sentados ya estamos rodeando la mesa pequeña de mármol y sol entrando através de los cristales de la puerta bañando nuestros pies, en este local -que no bareto- del Espinaler. Nave industrial poligonera convertida en Palacio de las latas de berberechos, del atún con pimientos rojos y olivas, de todo lo que antes se llamaba Ultramarinos y, sobre todo Palacio de La Salsa...la Salsa Espinaler.
¡Camarero! marchen tres ricos bocatas a la mesa cinco, y vaso de vino de la casa para regar.
!ah por favor¡ tapa de escupiñas para deleitar ...
¡Marchando!
Palitroque justificado con números en papel térmico de máquina registradora: Seis con treinta y cinco para ser exactos. Aún nos llega para poder hacer el almuerzo en esta España que dicen que está agotada, mas bién creo que la han pasado de rosca y ahora hace aguas.
El hombre del saco tuvo que ser.
Como no, ya estamos en la planicie del Maresme que le llamamos la Costa, y allí observamos la bravura del mar porque hay fuerte viento de todos los puntos, la rosa dels vents tota barretjada: garbí, gregal, xaloc, migjorn ... vientos alborotados quiere llevarnos hacia el mar de un soplo.
Jodidillo triatleta de turno aparece en escena por detrás dando caña y nos pone como cachondos, nerviosos, excitados...vamos a por él. Jodidillo triatleta que nos hace sacar los colores, los sudores, los líquidos. Nos deja sin fuerzas, sin aliento, sin energía.
Orgasmo por la descripción pudiera parecer que es pero no, solo una persecución a un jodidillo triatleta que nos a puesto a fila de uno e intento de chupar su rueda.
Pero Jordi fué el Rey e impuso su ritmo frenético y transitivo a 40 de velocidad en punta. Todo lo demás fué intentar seguir su rueda con el gancho puesto y sin relevos.
¡Adiós jodidillo triatleta, comienza puerto, adiós !
Collsacreu de mis dias de pena, de mis batallas perdidas y en algún sábado victoria también ganada a pulso, a base de escapada en la lejanía y despiste de esos Topos Verdes.
Subimos mas bien lentos que despacio, pero llegamos e incluso hasta adelantamos algún cicloide. Para que veas.
Y en la bajada hacia Vallgorgina, con los nuestros, otros de algún equipo de la comarca ¿que se yo? iban detrás, también chupándola.
Ya vamos subiendo la cuesta que va al túnel de Saserra. Dos pedaladas más y ya se ve Cardedeu --calle de Barcelona -- Carotítulo dicen algunos-- la Torre Amat señorial.
Cardedeu tranquila de calles vacias a horas tempranas y tambien a horas medianas.
Algunos dirán: ¿que poco cuesta ser felíz? Es cierto, lo fuimos una mañana algo fría de este otoño, domingo de estrecheces económicas y de futuro que no se deja ver.
El hombre del saco tuvo que ser.
Ya sabes, algo con dos ruedas ligeras y 6,35 € en el bolsillo (para lo del Palacio) es la fórmula.
El próximo Domingo, que lo sepas, te quiero ver.
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