La idea básica era dedicar un día a la reunión de cicleros con sus familias y el motivo y argumentocomerse un cordero nacido y criado a los pies del Montseny pero asado.
Y empezamos a organizarlo...reserva y alquiler de la Masía, localización del cordero al Jóse, los hierros, la leña, bebidas, pan de 15 kilos, coca de Llavaneres, cubiertos...un buen porrón de horas que se dedicaron en la organización, busqueda y captura de los manjares y complementos.
La piedra fundamental del evento y quien llevó la gran carga de trabajo sin duda fué Esteban a quién damos las gracias por su gran labor desinteresada y sus largas horas en diferentes dias que ha dedicado.
A las 11 de la mañana empezó la caminata en Romería que iba desde Cardedeu a Sant Hilari, unos 3 o 4 Km solamente pero de subida contínua, esto para abrir un poco el apetito. Las espaldas llegaron mojadas, doy fé de ello.
Primer contacto con la ermita y su entorno y ya vemos los primeros pases de pelota con la perra tras ella y se forman pequeños grupos de charla.
Tras el peloteo se inicia el 2º concurso internacional de canicas en la versión chiva, pie-bueno, tute y guá.
A muchos se les notó lo poco que estudiaban cuando iban al cole y lo mucho que aprendían en el recreo con las bolas y las pelotas.
Se tomaron posiciones en las dos grandes mesas, curiosamente en el lado izquierdo el Topo Rojo (mayoría del Cardedeu) y en la mesa de la derecha el Topo Verde (mayoría de Les Franqueses) y en la hilera central los niños y las señoritas que no eran ciclistas, curiosamente en zona neutral.
Primero un pica-pica de patatas, olivas.
Luego las ensaladas, mas olivas, los ajos...
Vinieron las mongetes del ganxet, las burifarras con butifarra negra en su interior hechas a la brasa que tanto gustaron a todos.
Las yescas de bon pa y alli i oli y luego el cordero con chimi churri.
Para rematar 6 cocas (6) de Llavaneras pero fetas en Cardedeu y regadas con vino dulce y vino de misa.
Todo ello por un módico palitroque de 15 €urillos.
Tras la comida y aprovechando el expléndido día se montaron de nuevo los corrillos de la charla y la gran función: el partido de fútbol.
Que forma de correr, que dominio del balón , que de saltos a las zarzas en busca de la pelota, que de agujetas que les salieron a estos campeones.
Una panzada de reir contínua en ese buen partido de fútbol que se montó.
Pronto vendría la tarde y de nuevo caminata hacia abajo, a deshacer el camino.
Sin duda lo pasamos requetebién y de seguro casi nadie debió cenar esa noche.
Palabrita del niño Jesús.
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